Poco
a poco, tantos en las luces de señalización del tráfico como en las del alumbrado público en Toledo
se están
sustituyendo las bombillas tradicionales por pequeños diodos, blancos o de
colores, según corresponda. Pero el hecho de que este proceso de cambio haya comenzado
hace tan poco tiempo puede hacer pensar que las luces de diodo son un invento
reciente. Y nada más lejos de la realidad, pues las luces de diodo van a cumplir
su primer siglo de vida.
Fue en 1927 cuando una revista rusa publicaba un artículo del profesor Losev en
el que explicaba con detalle cómo fabricar un diodo emisor de luz. Es cierto
que estos primeros diodos, la luz que emitían estaba únicamente dentro del
espectro infrarrojo y que, por lo tanto, no era visible al ojo humano. Pero sólo
era cuestión de tiempo hasta que se consiguiera fabricar un dispositivo cuyas
emisiones estuvieran dentro del rango visible.
No fue hasta los años 60 cuando se pudieron contemplar directamente los
primeros haces de luz visible procedentes de un diodo. Más en concreto en color
rojo. Las primeras luces de diodo se instalaron en aparatos electrónicos:
radios, televisores, y un sinfín de equipos de uso profesional que gracias a la
pequeña luz roja, daban a entender que estaban conectados. Sólo diez años
después, empezaron a verse diodos capaces de emitir luz de otros colores:
amarillos, verdes, naranjas… Pero a falta de un diodo que fuera capaz de
iluminar en tonos azules, por el momento era imposible emitir luz blanca y con
ella equipar el alumbrado público en
Toledo.
Los diodos de luz azul y ultravioleta fueron descubiertos en los años 90, y es
por eso el motivo que desde Casa Álvarez
podemos ya realizar todo tipo de instalaciones de iluminación utilizando luces
de diodo.